II Bendición de Mascotas, 17 de enero


El jueves, día 17 de enero de 2019, la comunidad parroquial del Espíritu Santo tendremos la II Bendición de Mascotas en la Festividad litúrgica de San Antonio Abad, patrón de los animales. A las 18:15 h., esperamos a los feligreses que deseen que sus animales de compañía sean bendecidos en la entrada principal del templo parroquial, en C/ San Isidro Labrador, S/N, frente a la Barriada Los Alcores (Mairena del Aljarafe).




Y es que el santo Antonio Abad descubrió la sabiduría y el amor divinos observando la naturaleza; de esa revelación, pasó a bendecir habitualmente animales y plantas. Tras su muerte, fue invocado como patrón de ganaderos y protector de animales domésticos.


La relación de las personas con Dios, a través de los animales (textos extraídos del Catecismo de la Iglesia Católica):
-2415. El séptimo mandamiento exige el respeto de la integridad de la creación. Los animales, como las plantas y los seres inanimados, están naturalmente destinados al bien común de la humanidad pasada, presente y futura (cf Gn 1, 28-31). El uso de los recursos minerales, vegetales y animales del universo no puede ser separado del respeto a las exigencias morales. El dominio concedido por el Creador al hombre sobre los seres inanimados y los seres vivos no es absoluto; está regulado por el cuidado de la calidad de la vida del prójimo incluyendo la de las generaciones venideras; exige un respeto religioso de la integridad de la creación.
-2416. Los animales son criaturas de Dios, que los rodea de su solicitud providencial (cf Mt 6, 16). Por su simple existencia, lo bendicen y le dan gloria (cf Dn 3, 57-58). También los hombres les deben aprecio. Recuérdese con qué delicadeza trataban a los animales San Francisco de Asís o San Felipe Neri.
-2500. Antes de revelarse al hombre en palabras de verdad, Dios se revela a él, mediante el lenguaje universal de la Creación, obra de su Palabra, de su Sabiduría: el orden y la armonía del cosmos, que percibe tanto el niño como el hombre de ciencia, “pues por la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a contemplar a su Autor” (Sb 13, 5), “pues fue el Autor mismo de la belleza quien las creó” (Sb 13, 3).