Con la alegría de sabernos partícipes de
la Resurrección de Cristo, nos reunimos en nuestra parroquia para celebrar la
Eucaristía. Tal y como leeremos en el Evangelio, venimos a compartir los dones
que nos ofrece en abundancia Jesús Resucitado. Como familia de hijos de Dios
que somos, participemos de esta Santa Misa de manera activa para que Él inunde
nuestro corazón y nos prepare en este camino hacia Pentecostés.
De la misma manera que Jesús en el
Evangelio de hoy da de comer a los discípulos, le pedimos al Señor que
despierte nuestro corazón y conciencia para con los pobres y seamos generosos
en cubrir las necesidades de nuestros hermanos que viven una situación más
precaria y son atendidos por nuestro equipo de Cáritas.
Recordémoslo bien todos: no se puede
anunciar el Evangelio de Jesús sin el testimonio concreto de la vida. Quien nos
escucha y nos ve, debe poder leer en nuestros actos eso mismo que oye en
nuestros labios, y dar gloria a Dios. Pero todo esto solamente es posible si
reconocemos a Jesucristo, porque es él quien nos ha llamado, nos ha invitado a
recorrer su camino, nos ha elegido. Anunciar y dar testimonio es posible
únicamente si estamos junto a Él.
Textos extraídos del guión
litúrgico de Cáritas Diocesana de Sevilla para este mes de mayo de
2022.