Celebraciones
de la Eucaristía los días 25 y 26 de marzo de 2017.
Sábado
(misa vespertina): 20:00 h.
Domingo:
10:00, 11:30 y 13:00 h.
Lectura del Santo Evangelio
según San Juan 9, 1-41 (a continuación, un extracto):
En
aquel tiempo, al pasar, vio Jesús a un hombre ciego de nacimiento. Entonces
escupió en la tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego
y le dijo:
“Ve
a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado)”.
Él
fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo
pedir limosna preguntaban: “¿No es ese el que se sentaba a pedir?”.
Unos
decían: “El mismo”.
Otros
decían: “No es él, pero se le parece”.
El
respondía: “Soy yo”.
Llevaron
ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo
barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había
adquirido la vista.
Él
les contestó: “Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo”.
Algunos
de los fariseos comentaban: “Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el
sábado”.
Otros
replicaban: “¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?”.
Y
estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego: “Y tú, ¿qué dices del
que te ha abierto los ojos?”.
Él
contestó: “Que es un profeta”.
Le
replicaron: “Has nacido completamente empecatado ¿y nos vas a dar lecciones a
nosotros?”. Y lo expulsaron.
Oyó
Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo: “¿Crees tú en el Hijo del
hombre?”.
Él
contestó: “¿Y quién es, Señor, para que crea en él?”.
Jesús
le dijo: “Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es”.
Él
dijo: “Creo, Señor”. Y se postró ante él.
Palabra del Señor.