En enero, gracias a vuestras aportaciones, nuestros ingresos fueron: por la colecta, 1221,20 euros; por suscripciones bancarias, 1095 euros; y por donativos, 70 euros. También nos entregaron un importante donativo en alimentos. El total supuso 2386,20 euros.
Acogimos a familias de nuestra feligresía, en conceptos de alimentación, vivienda, tratamiento médico, óptica y transporte. A través del Proyecto Madre, con leche maternizada. Y socorrimos a un transeúnte. Aportamos la mitad de la colecta al fondo común de Cáritas Diocesana. Todo ello supuso 2242 euros.
Con el cambio de año, recibimos a familias a las que se les terminaron las ayudas sociales. Se incrementaron las solicitudes de atenciones a través del Proyecto Madre. Y han surgido nuevas situaciones de personas sin hogar.
Que Dios nos bendiga, muchas gracias por vuestra solidaridad en la colecta y por vuestras suscripciones y donativos.
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La vida no siempre es fácil. A veces vivimos situaciones que nos mueven al desánimo y al desencanto, y podemos exclamar como Job: “se me hace eterna la noche”. Sin embargo, el Dios amante de la vida nos convoca en torno a su mesa. Quiere levantarnos de nuestras postraciones, y animarnos a una vida fraterna y solidaria. Su palabra y su mesa nos acogen, nos sostienen y alientan nuestra esperanza. Estamos en buenas manos.
También a veces en nuestra Cáritas, en las acogidas y en el despacho, cara a cara con tantas personas, cuyos problemas no podemos solucionar, sentimos, como Job, el desánimo y la desesperanza. Sin embargo, hoy, domingo de Cáritas, queremos reafirmar nuestro compromiso fraterno y el de nuestra comunidad parroquial con todas ellas, para poder ofrecerles lo que sí da la medida de nuestras posibilidades. Que estas posibilidades sean también la medida de vuestra gran generosidad.
Textos extraídos del guión litúrgico de Cáritas Diocesana de Sevilla, para e domingo 4 de febrero de 2024.
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