Oración de las Madres:
Nos reunimos todos los lunes, a las 18:30 h., en la
Capilla bajo el presbiterio.
Queridas amigas en el Señor:
Me dan gran alegría el poder explicarles cómo empezó este
grupo de Oración de las Madres, que
es un grupo de oración para madres que quieren rezar por sus hijos y nietos,
así como por todos los hijos que lo son “en espíritu”.
Durante algún tiempo mi cuñada y yo empezamos a sentir la
necesidad de pedir por nuestros hijos de manera especial, para poder combatir
los problemas a los que se enfrentan. Sandra, mi cuñada, se despertó en dos
ocasiones con las palabras “reza por tus hijos”. Yo había estado leyendo el
libro que se llama “Maranatha, ¿qué le estamos haciendo a nuestros hijos” (este
libro está lleno de estadísticas y tiene evidencias de los peligros que acechan
a nuestros hijos hoy en día), y la única manera de ayudarlos es a través de la
oración.
Decidimos prepararnos durante un mes, por medio de la
oración, y luego nos reunimos con otras tres madres y usamos la estructura que
ahora se usa en los grupos de Oración de
las Madres por todo el mundo. Durante nuestro período de preparación, le
pedimos a Nuestro Señor que nos guiara, yo abrí la Biblia, en la página de
Jeremías 31, versículo 16; y si hubiese buscado por toda la Biblia, no hubiese
encontrado un versículo más apropiado:
“Deja de llorar y enjúgate las lágrimas,
todo lo que has hecho por tus hijos te será recompensado;
volverán de la tierra del enemigo.
Hay esperanza en el futuro,
tus hijos volverán a su hogar.
Yo, el Señor, lo digo”.
Desde un principio, hemos sentido que es el Señor quien
lleva las riendas y nosotras, solamente sus secretarias. Él nos guiará, nos
abrirá sus puertas y la gente vendrá a nosotras. Esto ha ocurrido (con
frecuencia, en circunstancias increíbles). Nuestro papel es solamente orar y
escuchar; esto nos ha quitado un gran peso de encima, ya que sentimos que Él
nos ha quitado esa responsabilidad. No cabe duda de que Él nos guía en todo
momento.
Este grupo de oración empezó en noviembre de 1995, en
Inglaterra, y se ha extendido a muchos países, a pesar de no haber iniciado
ninguna publicidad, y que solamente hablamos de la Oración de las Madres cuando se nos invita. Hemos recibido tantas
bendiciones a través de la Oración de
las Madres: muchos hijos han vuelto a su fe, han encontrado trabajo, un
lugar donde vivir, hijos que han vuelto a casa tras una larga ausencia
(recientemente, nos enteramos de una madre que, una semana después de ir a su
primera reunión, se reconcilió con su hija, a la que no veía en años)… También
hemos sabido de casos en los que la salud de algunos ha mejorado; otros que han
dejado las drogas… Bebés que han nacido después de que las madres hubiesen
perdido a otros y casos en los que las relaciones entre padres e hijos han
mejorado. El Señor ha cumplido su promesa: “Pide
y se te concederá”.
Las madres nos han hecho saber las gracias que han
recibido, tras compartir su oración con otras madres; es una bendición para
ellas poder compartir su sufrimiento de manera cristiana y confidencial, y por
medio de reuniones semanales se ha desarrollado un gran amor y una gran
compasión.
En nuestras reuniones, colocamos una cestita al pie de la
Cruz sobre una mesa. Durante la reunión, cada una de nosotras, una por una,
colocamos los nombres de nuestros hijos en la cestita, acompañados de una
oración, como símbolo de la entrega de nuestros hijos al cuidado del Señor. Este
es, a menudo, un maravilloso momento de sanación, al darnos cuenta de que Él ha
tomado en sus manos nuestros problemas. Por lo general, nuestros grupos son
pequeños, entre dos y ocho madres.
El amor de las madres conquista el mundo.
Nos reunimos todos los lunes, a las 18:30 h., en la
Capilla bajo el presbiterio.
Enlaces para más información:
Portaluz