Sábado, 11 de febrero de 2017: Nuestra Señora de Lourdes.
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Aciprensa.
Domingo, 12: VI domingo del Tiempo Ordinario (Santa Eulalia).
LECTURA
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 5, 17-37:
En
aquel tiempo, dijo Jesús:
«No
creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir,
sino a dar plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra
que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. El que se salte
uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres
será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y
enseñe será grande en el reino de los cielos.
Porque
os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos,
no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos:
"No matarás", y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo
el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno
llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín,
y si lo llama "necio", merece la condena del fuego.
Por
tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí
mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el
altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a
presentar tu ofrenda.
Con
el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de
camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la
cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el
último céntimo.
Habéis
oído que se dijo: "No cometerás adulterio". Pero yo os digo: todo el
que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su
corazón. Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale
perder un miembro que ir al infierno. Si tu mano derecha te induce a pecar,
córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir al infierno.
Se
dijo: "El que se repudie a su mujer, que le dé acta de repudio." Pero
yo os digo que si uno repudia a su mujer -no hablo de unión ilegítima- la
induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio.
También
habéis oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y
"Cumplirás tus juramentos al Señor".
Pero
yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios;
ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la
ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o
negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de
ahí viene del Maligno».
Palabra
del Señor.